En el año 1993, el líder del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso renunció a la lucha armada que, al prolongarse por más de una década (1980-1992), había costado miles de muertos. A partir de ese momento comenzaría la IV etapa o de “lucha política sin armas”. La IV etapa, a través de las organizaciones que predican el pensamiento Gonzalo, pretende la creación de una memoria que se sitúe entre la literalidad y la ejemplaridad, y busca elaborar un hilo narrativo que vincule los maltratos sufridos en prisión durante el Conflicto Armado Interno con la situación que viven actualmente los ex-presos de Sendero Luminoso. Todo ello con la finalidad de abrirse paso entre las diversas memorias en pugna en el Perú. Para corroborar lo enunciado, nos valdremos del análisis cualitativo de las entrevistas realizadas a cinco exmiembros de Sendero Luminoso.
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