El presente comentario pretende mostrar el funcionamiento del cronotopo de la novela gótica en “Vlad” (2004), de Carlos Fuentes, y subrayar la función que cumple la incorporación del folklore en el género gótico, al permitir que antiguos relatos cobren vida en el siglo XXI, un espacio-tiempo distinto al original. Lo anterior se logra en esta novela breve mediante la incorporación de tres principales elementos en el relato: el personaje mítico del vampiro, el espacio del castillo y la representación del acto de transmisión y rememoración de esas historias, legendarias y fantasmagóricas, del pasado.
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