La política colonial española a mediados del siglo XIX reveló una voluntad de gobernar las islas Filipinas a través de una lógica administrativa proyectada desde la Península. Sin embargo, el desafío que supuso aquel escenario tan complejo por su geografía, orden social y multiplicidad de lenguas evidenció la incapacidad de la metrópoli para gobernar territorios tan distantes y diversos, así como su impotencia para articular un aparato administrativo con presencia sobre el terreno y exitoso. Las carencias de una administración que fue mínima obligaron a contar con la colaboración de nativos, que se entendieron a la vez necesarios y peligrosos para los intereses metropolitanos, con lo que se optó por una estrategia de superioridad peninsular sobre el Archipiélago y sus administrados: disminuirlos.
In the mid 19th century, Spanish colonial policy evidenced the country’s desire to rule the Philippines by applying an administrative logic projected directly from the Iberian Peninsula itself. However, the complexity that this implied due to the Philippines’ geography, social order and multiplicity of languages underscored the mother country’s incapacity to govern such distant and diverse lands as well as its inability to create a successful administrative structure with presence on the ground. The shortfalls of this minimal administration required collaboration from Filipinos who were seen as both necessary and dangerous for the mother country’s interests, thus leading to a strategy based on the Iberian Peninsula’s superiority over the Archipelago and its inhabitants: belittling them
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados