Bernardo Rodríguez Galicia, Raúl Valadez Azúa, Mario Martínez Mayén
El estudio de la relación hombre-fauna en el pasado es propia de la línea de investigación arqueozoológica, esta disciplina biológica, pero también antropológica, es un área que ha permitido establecer qué animales fueron aprovechados como fuente de alimento, cuáles eran proveedores de materia prima para actividades rituales, ceremoniales, elaboración de atuendos, vestimentas, comercio, elementos tributarios y/o elementos decorativos. Salvo los reportes e informes de restos de moluscos en el contexto arqueológico teotihuacano, la presencia de fauna costera en esta urbe prehispánica es poco común; sin embargo, en las excavaciones efectuadas en Teopancazco, como parte del proyecto: Teotihuacán: élite y gobierno, coordinado por la Dra. Linda R. Manzanilla, se han podido identificar una alta concentración de huesos de peces, una espina tallada de erizo de mar y diez fragmentos de quelas de dos especies de cangrejos, estos últimos, con una amplia distribución geográfica en la costa del Golfo de México. Lo anterior hace evidente que existió una relación cultural entre las sociedades antiguas del centro de México y los habitantes de esta costa mexicana, que se dio en las fases Tlamimilolpa tardío (300-400 d.C.) a Xolalpan tardío (500-600 d.C.), es decir, entre el 300 y 600 de nuestra era.
The study of human-wildlife relationship in the past belongs to the zoo archeological research line, this biological discipline, but also anthropological, is an area that has allowed to establish which animals were exploited as food source, which were raw material suppliers for rituals, ceremonials, costumes, clothing, trade, tributary items and/or decorative elements. Except reports and summaries of mollusks remains in the Teotihuacan archaeological context, the presence of coastal wildlife in this pre-Hispanic city is rare; however, in the excavations in Teopancazco as part of Teotihuacan project: Teotihuacan, elite and government, coordinated by Dr. Linda R. Manzanilla, a high concentration of fish bones has been identified, a thorn carved sea urchin and ten chelaes fragments from the same two crab species, the former, with a wide geographical distribution in the Gulf of Mexico. This makes clear that there was a cultural relationship between the ancient societies of central Mexico and the inhabitants of this Mexican coast, which happened from the late Tlamimilolpa stages (300-400 AD.) to Xolalpan late (500-600 AD.), i.e., between 300 and 600 AD.
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