Con el objeto de resolver la carencia de obras ele infraestructura productiva en el medio rural, en 1937 se inició en México la construcción de obras de pequeña irrigación. A finales de la década de los años sesenta las actividades del sector primario ya mostraban un fuerte rezago en su crecimiento y participación con respecto al resto de los sectores de la economía; a partir de 1967 y hasta 1982, el gobierno federal imprimió mayor impulso a la construcción de este tipo de obras que, por sus características, contribuyeron a dinamizar y equilibrar el desarrollo agrícola regional.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados