Las organizaciones y corporaciones transnacionales y los Estados nacionales no son los únicos -y en ocasiones tampoco los más importantes- actores sociales que promueven y definen el proceso de globalización. Éste –un proceso histórico que tiene existencia en las interacciones sociales- se presenta también como consecuencia de las iniciativas de un gran número de individuos y de grupos sociales entrelazados por sistemas de comunicación y de intercambio de bienes materiales y simbólicos, así como por redes de relaciones sociales que se extienden por todo el planeta.
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