Durante mucho tiempo se ha afirmado que las bajas tasas de consumo y ahorro interno han impedido el sano crecimiento de la economía de México. A ello obedece que se tengan que pagar en el interior altas tasas de interés, comparadas con las que se ofrecen en los mercados internacionales, puesto que la necesidad de captar recursos para financiar -y sostener- un desarrollo económico acorde con las necesidades de la población es inaplazable. Sin embargo, el costo de esta necesidad de recursos repercute en tasas de inversión insignificantes por el encarecimiento del dinero. Lo anterior obliga a buscar nuevas formas que incentiven el ahorro interno, y ahora corresponde a un nuevo sistema llamado Administradoras de Fondos para el Retiro (afores).
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