Un país con inversión extranjera directa (IED) controlada puede tener en el corto plazo algunos beneficios positivos o sustanciales de ella, como un incremento en el ingreso (por producción y empleo), el incremento del ingreso vía impuestos para el gobierno, la transformación dinámica de la estructura industrial y mejor balanza de pagos, entre otros. La transferencia de tecnología a través de la IED también puede traer aumentos de productividad en los países en desarrollo receptores de ella a través de los beneficios de economías externas.Sin embargo, a la IED se le critica por varias razones. Para empezar, porque los inversionistas extranjeros tienden a enviar a su empresa matriz las elevadas ganancias o a llevarlas del país receptor a otras regiones donde existan menos requerimientos legales, para que los inversionistas extranjeros puedan obtener beneficios más fácilmente. Por lo tanto, los países subdesarrollados sólo serían proveedores de mano de obra barata a la inversión exrranjera.
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