En la última etapa de su vida, Cristóbal Hernández de Quintana pintó el Martirio de san Esteban. El cuadro fue comprado en 1781 para que se colocara en la sacristía principal de la nueva iglesia de la Concepción de La Orotava, aún sin concluirse. El mensaje de esta pintura estaba claro: aleccionar a los sacerdotes con el ejemplo de la muerte del santo. Quintana había usado variadas fuentes para componer la escena, algunas de ellas provenientes de grabados de importantes maestros europeos, con una ciudad de Jerusalén que hundía sus raíces en una visión utópica e idealizada de larga trayectoria.
In the last stage of his life, Cristóbal Hernández de Quintana painted the Martyrdom of St.
Stephen. The painting was purchased in 1781 to be placed in the main sacristy of the new church of La Concepción de La Orotava, still unfinished. The message of the painting was clear: to teach priests by the example of the saint’s death. Quintana had used various sources to compose the scene, some of them coming from engravings by important European masters, with a city of Jerusalem that was rooted in a utopian and idealized vision of long trajectory.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados