El presente artículo propone una reflexión sobre la importancia de la estética como disciplina filosófica en la educación. En este trabajo, hemos optado por los filósofos Hans-Georg Gadamer, de la escuela hermenéutica, y John Dewey, del pragmatismo, con el objetivo de interpretar y analizar, desde sus dimensiones estéticas, experiencia y vivencia, juego, símbolo y fiesta, y la riqueza estética en el pensamiento educativo de Gabriela Mistral. La discusión bibliográfica propuesta como método se justifica en tanto pretende reflexionar sobre la formación en la sensibilidad de quienes participan de todo proceso pedagógico. La novedad radica en que, conjuntamente, filosofía y estética comprenden y proyectan la belleza de las acciones que concluyen en mirar nuestros procesos pedagógicos, más allá de la gestión u otro proceso administrativo, como un elemento de humanidad presente en lo propio de lo humano.
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