L.M. Díaz Díaz, Carlos López Fernández, Luis Alberto Pando González
Este trabajo analiza las causas de las patologías que presentan varias viviendas de la localidad de Pandenes (oriente de Asturias), principalmente consistentes en el desarrollo de fisuras y rotaciones en los cerramientos. Estasedificacionesse asientan en una ladera con 20-25º de pendiente en la que afloran margas y arcillas permotriásicas, a las que habitualmente se asocian problemas geotécnicos relativos a la estabilidad de taludes, fallos en las cimentaciones, etc. Para caracterizar geológica y geotécnicamente la ladera se efectuaron seis sondeos y seis pruebas penetrométricas, en las cuales se efectuó un control del nivel freático; cuatro de los sondeos se adaptaron para efectuar medidas inclinométricas encaminadas a detectar un potencial deslizamiento. Asimismo, para determinar posibles rotaciones en los muros de las edificaciones con daños, se instalaron ocho clinómetros de superficie. Toda la información fue integrada en una base de datos SIG, en la que se desarrollaron además los oportunos modelos digitales del terreno. Los datos aportados por los equipos de auscultación revelan la existencia de una superficie de deslizamiento situada a una profundidad aproximadade entre 6 y8 m, que afecta principalmente al nivel de alteración del sustrato. Dicho movimiento, que presenta una velocidad media de 0,3mm/mes, sería el responsable de los asientos diferenciales que, a su vez,ocasionan las patologías observadas en las edificaciones.
This work analyzes the main cause of the pathologies that several private houses in Pandenes (eastern Asturias) has. Enclosure rotations and fissures were mainly developed. These buildings are located on a hillside with a 20º-25º slope that is primarily occupied of permotriassic marls and clays. These materials frequently special engineering issues related to stability slopes, foundations failures, etc. Geological and geotechnical characterization of the subsoil was carried out taking into account the interpretation of six rotary bored holes and six dynamic penetration tests in which the water table level was controlled. Four boreholes were adjusted to make inclinometric measurements intended to detect a potential landslide. Furthermore, eight clinometers were installed to identifying possible wall rotations in damaged buildings. All these information was combined in a dynamic data base implemented through a Geographic Information System (GIS) where several adequate digital terrain models was elaborated. Monitoring data reveals a slide surface at 6-8 m average depth that is affecting the weathered bedrock. This landslide, which has a speed of 0.3 mm per month, may cause differential settlements that trigger the observed pathologies.
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