José G. Santos Herceg, Carolina Pizarro
El presente texto sostiene que la tortura debe ser comprendida como una acción compleja, es decir, compuesta por una pluralidad de acciones. Se propone utilizar la noción de “maquinaria” (Hilbert 1982) para aproximarse al fenómeno, en la medida en que dicha pluralidad de acciones constituye un todo articulado, orientado hacia la eficiencia y la efectividad. Componen la maquinaria de la tortura, al modo de engranajes, todas aquellas acciones que directa o indirectamente la hacen posible. Estas pueden observarse en cuatro ámbitos o niveles de acción: micro, meso, macro y supra ámbito. De allí que sea posible sostener que el evento específico del tormento es solo una parte de un fenómeno mayor, cuya complejidad amerita una aproximación analítica.
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