Madrid, España
Reinaldo Arenas constituye un caso estigmático de escritura, una subjetividad de modos heterogéneos de difícil sobrevivencia en la evolución de los términos significantes de la década del sesenta, que fueron su primera escena de escritura. Su obra fue un intento de autopoética, en términos equivalentes a la ausencia de padre y la negación genealógica, acogido al barroco cubano como mejor teatro del lenguaje. El mundo alucinante (1967) es el más intenso y representativo de sus sueños libertarios como sueño de otros, donde el autor despliega un archivo textual de los orígenes del discurso que es su oferta simbólica de nuevas políticas de la lengua para el universo colectivo. Un estado de memoria de interesada oportunidad para la lectura de nuestro fin de siglo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados