El presente artículo es una reflexión en torno al conflicto lingüístico (lenguas indígenas-español) que motiva la pérdida de la diversidad y la violación de derechos lingüísticos en comunidades indígenas del sur de México, y los aportes de la educación para la paz como una propuesta ético-política que puede motivar el desarrollo de competencias sociales para la reversión del desplazamiento lingüístico. Esto significa que la educación para la paz motiva a (re)pensar la enseñanza de lenguas desde la transversalidad entre las acciones y saberes, el fortalecimiento de la convivencia intracomunitaria e interhablantes, la formación de hábitos y habilidades sociocomunicativas con fines situacionales, y la construcción de grupos interdisciplinarios, intergeneracionales e intercomunitarios. Todo ello a partir de tomar en cuenta al conflicto lingüístico como un elemento de análisis central que puede motivar a que una iniciativa o metodología de enseñanza de lengua revierta el desplazamiento de la diversidad lingüística.
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