Félix Solaguren-Beascoa de Corral
Creo que sería redundante presentar al profesor Alberto Campo Baeza. Su currículum es lo suficientemente conocido como para volverlo a narrar una vez más. También se le han hecho múltiples entrevistas donde muchas veces se repiten preguntas y aspectos referentes a su obra y a su persona.Por ello cuando Angela García, directora de EGA, me pidió realizarle una entrevista, lo hablé con Alberto y le propuse realizar una especie de diálogo sobre temáticas que sabía que a él le interesan.Él nunca tiene un no como respuesta debido a su gran generosidad.Empezaré explicando que conocí a Alberto alrededor de 1990 cuando él bajaba por las escaleras de la ETSAB. Creo que estaba en un tribunal de oposiciones y lo abordé en un descanso de la prueba. Por aquél entonces él ya era una persona conocida como profesor y como arquitecto.Con el paso de los años hemos ido coincidiendo puntualmente en actos y conferencias, relación que se ha ido intensificando con el tiempo.La escena era siempre más o menos la misma, pero con sutiles e intensos momentos que me llenan, ciertamente, de admiración: él hablando de luz y espacio, de poesía (no olvidemos que su pasión por los clásicos es manifiesta y conocida), y que materializa con proyectos claros y sencillos donde nada sobra y donde nada falta, explicándolos con una infinita paciencia y una emoción que siempre trasmite a los asistentes. ¿Se puede pedir más?Ajeno a las modas, pero atento siempre a cualquier inquietud intelectual.Jovencísimo catedrático. Actualmente emérito de la ETSAM, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y tantas cosas más… Pero hay dos hechos que para mi tienen especial significado. El primero, su intento por trabajar con Arne Jacobsen justo antes de su fallecimiento. El segundo, siendo yo el director de la Escuela, cuando fue profesor invitado de la ETSAB llevando a su cargo un Taller de Proyectos de 5º curso durante el primer cuatrimestre del período 2018-2019. No faltó a ninguna clase. Venía de Madrid todas las semanas. Un regalo.Estos aspectos están implícitos en el texto que compartimos a continuación. Realizado, como dice Alberto, “tacita a tacita”, en una época invadida por la pandemia y en un ir y venir de correos electrónicos. Preguntas y respuestas, comprobaciones, donde cada dos o tres días recibía sus noticias. Nos íbamos intercambiando preguntas y respuestas en ambas direcciones en un enriquecedor diálogo que ha sido otra lección particular que él me ha dado.Sólo me queda por agradecer esta posibilidad, la de una “entrevista atípica”, como la califica Ángela García, y que se ha ido retrasando en el tiempo hasta que llegamos a encontrar esta fórmula que gracias a la tecnología se nos ha permitido realizar.Muchas gracias Alberto.
I think it would be redundant to introduce Professor Alberto Campo Baeza. His CV is known enough to review it one more time. He has also given multiple interviews where many times questions and aspects regarding his work and his person are repeated. For this reason, when Angela García, Editor of EGA, asked me to interview him, I spoke with Alberto and suggested that he carry out a kind of dialogue on topics that I knew were of interest to him. He never says no for an answer due to his great generosity.I will start by explaining that I met Alberto around 1990 when he was going down the stairs of the ETSAB. I believe that he was in a court for competitive examinations and I approached him on a break from the test. At that time he was already well known as a teacher and as an architect. Over the years we have met punctually at events and conferences, a relationship that has intensified over time. The scene was always more or less the same, but with subtle and intense moments that certainly fill me with admiration: he speaking of light and space, of poetry (let’s not forget that his passion for the classics is manifest and well known), that materializes with clear and simple projects where nothing is superfluous and where nothing is missing, explaining them with infinite patience and an emotion that he always transmits to the attendees. Can you ask for more? Oblivious to fashion, but always attentive to any intellectual concern. Very young Full Professor. Currently Emeritus of the ETSAM, member of the Royal Academy of Fine Arts of San Fernando, and so much more ...But there are two facts that have special meaning for me. The first, his attempt to work with Arne Jacobsen just before his death. The second, while being the director of the School, when he was a visiting professor at the ETSAB leading a 5th year Project Workshop during the first semester of the 2018-2019 period. He did not miss any lesson. He came from Madrid every week. A gift.These aspects are implicit in the text that we share below. Made, as Alberto says, “cup by cup”, at a time invaded by the pandemic and in a come and go of emails. Questions and answers, checks, every two or three days I received news from him. We were exchanging questions and answers in both directions in an enriching dialogue that has been another particular lesson that he has given me.I can only be grateful for this possibility, that of an “atypical interview”, as Ángela García describes it, and which has been delayed in time until we came to find this formula that thanks to technology we could carry out.Thank you very much Alberto.
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