Uno de los objetivos de la General de Toledo fue elevar el nivel científico de los alumnos, no obstante era necesario conocer el espíritu militar que les alentaba, por ello se trató de completar la formación teórica con unas prácticas de campaña que se desarrollaron desde 1885 en los campamentos de Majazala y los Alijares. Dichas prácticas tuvieron su continuación en la AGM de Zaragoza en la 2ª y 3ª época con las maniobras generales del campamento de María Cristina, el ejercicio “Cierzo”, o el ejercicio “Tierra” adaptado a los planes de estudios actuales.
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