C. García Sebastián, María Abellás, Juan Manuel Monteagudo Ruiz, José Luis Zamorano Gómez
El envejecimiento poblacional ha llevado a un aumento de la prevalencia y la complejidad de la enfermedad cardiovascular. La presencia de una alta carga de comorbilidades es frecuente entre estos pacientes, y es un factor pronóstico importante. La evaluación de la comorbilidad se ha convertido en una preocupación, por lo que se han desarrollado índices para evaluar la comorbilidad, como el índice de comorbilidad de Charlson. Algunas de las principales comorbilidades que afectan al pronóstico de estos pacientes son: fragilidad, diabetes mellitus, enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y patología inflamatoria. El peor pronóstico en estos pacientes parece estar relacionado con retrasos diagnósticos ocasionados por su clínica atípica, alteraciones analíticas y electrocardiográficas basales y una menor utilización de terapias con eficacia probada.
Population ageing has led to an increase in the prevalence and complexity of heart disease. It is common for these patients to have a high comorbidity load, and this is an important prognostic factor. Assessment of comorbidity has become a concern and therefore methods such as the Charlson Comorbidity Index have been developed. The main comorbidities affecting these patients’ prognosis include frailty, diabetes mellitus, chronic kidney disease, chronic obstructive pulmonary disease, and inflammatory disease. These patients’ poorer prognosis appears to be related to diagnostic delay due to atypical clinical symptoms, baseline laboratory and electrocardiographic abnormalities, and less use of therapies with proven efficacy.
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