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Resumen de Plan de cuidados en paciente con infección de orina

Ana Fanlo Colás, Julia Gimeno Zarazaga, Sandra Espes Malo, Juan Ignacio Diez Velasco, Isabel Miranda Ugarte, Alberto Ordoñez Arcau

  • español

    La Infección del Tracto Urinario (ITU) se produce en cualquier parte del aparato urinario: los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. La mayoría de las infecciones ocurren en las vías urinarias inferiores (la vejiga y la uretra). Estas infecciones ocurren cuando ingresan bacterias en las vías urinarias a través de la uretra y comienzan a multiplicarse rápidamente en vejiga. Aunque el aparato urinario está preparado para impedir esta invasión, las defensas pueden fallar.1 Cuando esto ocurre, las bacterias pueden proliferar hasta convertirse en una infección totalmente desarrollada en las vías urinarias. Existen numerosos factores que aumentan la probabilidad de sufrir una ITU: diabetes, edad avanzada y enfermedades que afectan los hábitos de cuidados personales, portador de sonda vesical, embarazo, cálculos renales, próstata aumentada, uretra estrecha…2 Las mujeres son más propensas a contraer una infección urinaria que los hombres. La infección que se limita a la vejiga puede ser dolorosa y molesta. Sin embargo, puede tener consecuencias graves si la infección urinaria se extiende a los riñones.1,2 Las infecciones de las vías urinarias no siempre causan signos y síntomas, pero cuando lo hacen pueden acompañarse de ardor y una necesidad constante de orinar, disuria (orinar frecuentemente en pequeñas cantidades), fiebre, dolor de espalda, dolor pélvico en las mujeres (especialmente en el centro de la pelvis y alrededor de la zona del hueso púbico), secreciones uretrales o vaginales y síntomas de irritación vesical (tenesmo, polaquiuria…). También puede presentar orina maloliente y sanguinolenta.3 Se desarrolla un plan de cuidados en una paciente con infección de orina utilizando la taxonomía NANDA-NIC-NOC con el objetivo de garantizar unos cuidados integrales que eviten o minimicen la aparición de complicaciones y a su vez permita la correcta evolución del paciente.

  • English

    Urinary Tract Infection (UTI) occurs in any part of the urinary tract: the kidneys, ureters, bladder and urethra. Most infections occur in the lower urinary tract (the bladder and urethra) when bacteria enter the urinary tract through the urethra and begin to multiply rapidly in the bladder. Although the urinary tract is prepared to prevent this invasion, the defenses can fail.1 When this occurs, the bacteria can proliferate into a full-blown urinary tract infection. There are numerous factors that increase the probability of suffering a UTI: diabetes, advanced age and diseases affecting self-care habits, bladder catheterization, pregnancy, kidney stones, enlarged prostate, narrow urethra….2 Women are more likely to get a urinary tract infection than men. Infection confined to the bladder can be painful and uncomfortable. However, it can have serious consequences if the urinary tract infection spreads to the kidneys.1,2 Urinary tract infections do not always cause signs and symptoms, but when they do they may be accompanied by burning and a constant need to urinate, dysuria (frequent urination in small amounts), fever, back pain, pelvic pain in women (especially in the center of the pelvis and around the pubic bone area), urethral or vaginal discharge and symptoms of bladder irritation (urgency, frequency of urination…). It may also present foul-smelling and bloody urine. (3) A care plan is developed for a patient with urine infection using the NANDA-NIC-NOC taxonomy with the aim or ensuring comprehensive care that avoids or minimizes the occurrence of complications and allows the correct evolution of the patient.


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