El acero al carbono es una aleación que combina principalmente hierro (Fe) y carbono (C). Las concentraciones de carbono pueden variar entre 0,2% y 2,1% en masa, dependiendo del grado de acero al carbono.
A pesar de que el carbono es el principal elemento en la aleación, a la vez que el hierro, también intervienen otros elementos, como el tungsteno (W), el cromo (Cr), el manganeso (Mn) o el silicio (Si), con el objetivo de mejorar o modificar las propiedades del acero tales como la dureza, la ductilidad o la resistencia a la tracción.
Según la concentración de C, el acero al carbono se puede clasificar según los siguientes criterios:
Aceros bajos en carbono o low-carbon steels (C < 0,25%) Aceros al carbono medio o medium-carbon steels (0,25% < C < 0,55%) Aceros con alto contenido en carbono o high-carbon steels (C > 0,55%) Aceros al carbono para herramientas o tool-carbon steels (C > 0,8%) El acero al carbono se utiliza ampliamente en todo tipo de industria y es sabido que la corrosión del mismo ocurre especialmente en ambientes ácidos, por lo que es importante disponer de procesos que controlen la corrosión del mismo.
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