Portugal vivió la Guerra Civil española como un asunto de supervivencia nacional, pues percibió que el golpe militar era una oportunidad para consolidar el Estado Novo frente al modelo republicano español. Para otorgar autoridad al salazarismo y el franquismo en un contexto de aproximación y legitimación ideológica recíproca, Salazar estimuló un clima de agitación anticomunista, alentado por prestigiosos intelectuales españoles y portugueses, que ayudaron a forjar una “alianza espiritual” basada en un imaginario nacionalista luso-español. Este artículo indaga en los aspectos principales de este intercambio ideológico, que sirvió para establecer espacios de diálogo y reconocimiento mutuo entre ambos regímenes ibéricos.
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