La Comisión presentó en febrero de 2021 su nueva estrategia de política comercial con el objetivo de ganar autonomía y defender sus intereses, pero sin minar la cooperación multilateral. La UE, desprovista ya de toda inocencia, asume que en el nuevo orden económico mundial la pasividad equivale a la fagocitación por otras potencias con mayor ambición. Aunque la política comercial es sin duda la herramienta más sólida con que cuenta la UE, poner en práctica el difuso concepto de “autonomía estratégica abierta” no será fácil sin provocar tensiones geopolíticas con otros bloques comerciales, lo que en ocasiones podría perjudicar a Estados miembros muy dependientes del marco de reglas del comercio mundial, como España.
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