Este artículo trata de la aplicación de los principios de la sorpresa y la preparación de golpes de mano en la toma de fortalezas, en el siglo xii, al tiempo que las resalta sus limitaciones. El protagonista de estas acciones fue Geraldo Sempavor (sin Miedo), que llegó a ser un verdadero experto. También se tratan los requerimientos para efectuar una acción de este tipo, no muy distintos que hoy en día, pero adecuados al entorno de la época
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