Para responder a un entorno genérico, escaso de cualidades urbanas, el proyecto se define como una investigación para elaborar un prototipo constructivo de alta eficiencia energética que permita aumentar y mejorar la calidad de vida. El jurado ha valorado la coherencia entre un sistema constructivo pragmático y eficiente en madera y su precisa expresión arquitectónica y tipológica; asimismo, ha tenido en cuenta la capacidad, aunque en un entorno periférico, de buscar una relación sensible con el contexto en la utilización e implementación de elementos tipológicos tradicionales que dan forma a sistemas de climatización pasiva, así como en la implicación de la industria de la zona para la adaptación de nuevas soluciones constructivas a los modos de construir locales.
Situado en un entorno urbano de transición entre la ciudad compacta y el ensanche en manzana abierta caracterizado por una importante presencia de equipamientos públicos, el proyecto propone el diseño de 35 viviendas a partir de criterios de flexibilidad de programa y reducción de la huella de carbono a lo largo del ciclo de vida del edificio.
El uso de paneles de madera contralaminada (CLT) para la construcción del volumen sobre rasante recupera la tipología de estructura muraria tradicional y define unos espacios habitables de dimensiones similares entre elementos portantes. Las viviendas están compuestas por seis estancias de unos 12m2 capaces de albergar múltiples usos y que permiten ser unidas o segregadas a voluntad mediante un sistema de paneles deslizables.
La situación de un único núcleo de comunicaciones verticales en una posición central permite dar acceso a todas las viviendas, pasantes y con fachadas opuestas orientadas a norte y sur, desde la pasarela que configura la fachada más urbana del bloque abierta a la zona verde de la calle Tomàs Carreras i Artau.
Además de la reducción de la energía embebida en los materiales de construcción y la minimización de su previsible mantenimiento a lo largo de su vida útil, el proyecto realiza un importante esfuerzo en relación a la reducción de la demanda energética necesaria para garantizar el confort de los espacios habitables. Con esta voluntad se propone un sistema constructivo que garantiza un buen aislamiento y la posibilidad de ventilación cruzada, así como el máximo aprovechamiento de la radiación solar gracias a la orientación sur de una de sus fachadas. La situación de una galería en esta posición permite el precalentamiento pasivo del aire de aportación del sistema de ventilación de doble flujo durante la estación invernal, mientras que en verano la galería se reconfigura a modo de umbráculo y la aportación de aire necesaria para la ventilación de los espacios interiores se realiza a través de la fachada norte.
Unos ventiladores de techo refuerzan la refrigeración estival mejorando la temperatura de sensación en caso de posibles episodios de calor extremo, evitando la necesidad de instalación de sistemas de aire acondicionado.
La propuesta sugiere una apropiación libre de cada espacio con la posibilidad de incorporar cambios en el programa a lo largo del tiempo según las voluntades o necesidades del habitante, así como alojar posibles espacios de uso comunitario (guardería, gimnasio, locales de trabajo, cocina-comedor colectivo...) en cualquiera de las unidades.
El encadenamiento de piezas permite, en las dos crugías de cada vivienda, una percepción completa de la profundidad total del edificio y la incidencia simultánea de luz de sur y de norte, incluso en los espacios más alejados de los planos de fachada. El ancho variable de la pasarela genera pequeños ámbitos de domesticidad frente a la entrada de cada apartamento.
La galería, tanto en su posición de invernadero como de umbráculo, recupera espacios propios de nuestro imaginario colectivo y configura un ámbito intermedio capaz de generar una atmósfera de intenso recogimiento y contacto con el medio.
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