Carlos Alberto Pita Abad, arquitecto
Una plaza tiene que ser prioritariamente un lugar para los ciudadanos y el proyecto recupera de forma brillante esta vocación pública perdida con anterioridad. El jurado ha valorado la clara preferencia de este discreto y sereno proyecto por el talante doméstico del espacio público. Al definir la plaza únicamente como un plano continuo, diáfano y abierto a la ciudad, el diseño rehúsa cualquier protagonismo y manifiesta con claridad que una plaza es, sobre todo, un lugar de encuentro de naturaleza hospitalaria, acogedora y amable. Cabe señalar una serie de operaciones básicas pero muy acertadas: el derribo de las edificaciones preexistentes, la integración topográfica de la nueva plaza en la trama urbana con un pavimento de arena gruesa y la renaturalización de su ámbito con unos árboles de gran porte cuidadosamente buscados bordeando la plaza, que definen el carácter silencioso y pausado del proyecto, pero también la sobria contundencia de una propuesta capaz, con poco, de modificar de manera radical, humanizándolo, el conjunto urbano.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados