La COVID-19 no solo ha provocado la crisis mundial más grande de nuestro tiempo, también ha causado una “infodemia masiva”, que es la forma en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina a la cantidad de información falsa que gira alrededor de la pandemia. Por esta razón, el fact-checking se ha convertido en la herramienta del periodismo que ayuda al público general a discernir entre engaños, estafas, descontextualizaciones y la realidad. Para lograrlo, esta investigación se basó en las verificaciones de la plataforma Ecuador Chequea pero aplicó criterios cualitativos como tipo de fuente o las emociones que producen las noticias falsas para obtener como resultado visualizaciones que permiten entender vínculos entre las desinformaciones que no sería posibles de otra manera. El resultado de este trabajo es una serie de representaciones que ayudan a comprender el entorno en el que surgen y se difunden las desinformaciones y que puede ser replicado en otras circunstancias
COVID-19 has not only caused the largest global crisis of our time, it has also caused a “massive infodemic”, which is the way the World Health Organization (WHO) calls the amount of false information that spins around the pandemic. For this reason, fact-checking has become the tool of journalism that helps the general public to discern between deceptions, scams, decontextualizations and reality. To achieve this, this research was based on the verifications of the Ecuador Chequea platform but applied qualitative criteria such as type of source or the emotions produced by fake news to obtain as a result visualizations that allow understanding links between misinformation that would not be possible otherwise. . The result of this work is a series of representations that help to understand the environment in which disinformation arises and spreads and that can be replicated in other circumstances.
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