Las áreas rurales, en vez de ser percibidas y representadas como portadoras de una realidad social atrasada e inhóspita, tienden hoy a ser sinónimo de equilibrio ecológico y bienestar personal. Estos nuevos imaginarios tienden a reinventar e idealizar la ruralidad tradicional, convirtiéndola en una suerte de locus amoenus. Partiendo de la hipótesis de que la imagen social de la escuela rural —tal como la definen docentes, alumnado, familiares, etc.— no es ajena a dicha resignificación de las áreas rurales, en este capítulo se recogen los resultados de un estudio sobre ella realizado a partir de seis grupos de discusión.
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