Claudio César Calabrese, Ethel Junco de Calabrese
Este artículo tuvo por objetivo tratar el llamado agustiniano a la vida filosófica. En discusión con el escepticismo académico, san Agustín exhorta a su amigo Romaniano a la búsqueda de la sabiduría y, para ello, a desestimar igualmente la desconfianza y la confianza excesiva en la razón, pues argumenta tanto contra la postura escéptica, o desesperación de encontrar la verdad, como el dogmatismo o la seguridad de haber encontrado definitivamente la verdad. De hecho, san Agustín señala la dificultad de dar por cierto un conocimiento y, por ello, no descarta el escepticismo, sino que lo incorpora como la fase inicial del conocer y como antídoto contra la ingenuidad de dar a la facultad humana de conocer humano un alcance absoluto. En la perspectiva de este equilibrio, san Agustín exhorta a Romaniano a terminar de decidirse por llevar una vida filosófica. Para recorrer este camino, en continuidad con sus lecturas neoplatónicas, considera la belleza como guía: se accede a la belleza espiritual transitando por la cósmica; el alma que contempla, en tanto se corresponde con lo contemplado, puede alcanzar así el camino ascensional de su propia transformación. El método de acceso a los textos es filológico, es decir, que busca al mismo tiempo descifrar la letra de la trama filosófica y establecer una comprensión contextual de aquella. Un método de esta naturaleza es inseparable del marco conceptual; en efecto, la formación de un saber filosófico, que intenta encontrar los límites de la comprensión de la revelación, pone en tensión de perfección a la persona, es decir, la guía hacia su propia trascendencia.
The objective of this article was to address the Augustinian call to philosophical life. In discussion with academic skepticism, Saint Augustine exhorts his friend Romanian to search for wisdom and, for this, to also dismiss distrust and excessive confidence in reason, since he argues both against the skeptical position, or despair of finding the truth, and dogmatism or the assurance of having definitely found the truth. In fact, Saint Augustine points out the difficulty of taking knowledge for granted and, therefore, does not rule out skepticism, but rather incorporates it as the initial phase of knowing and as an antidote to the naivety of giving absolute scope to the human faculty of human knowing. In the perspective of this balance, Saint Augustine exhorts Romanian to finish deciding to lead a philosophical life. To travel this path, in continuity with his Neoplatonic readings, he considers beauty as a guide: spiritual beauty is accessed by passing through the cosmic; the contemplating soul, insofar as it corresponds to what is contemplated, can thus reach the ascending path of its own transformation. The method of accessing the texts is philological, that is, it seeks at the same time to decipher the letter of the philosophical plot and to establish a contextual understanding of it. A method of this nature is inseparable from the conceptual framework; indeed, the formation of a philosophical knowledge, which tries to find the limits of the understanding of revelation, puts the person in tension of perfection, that is, it guides them towards their own transcendence.
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