El artículo trata de delimitar el contenido económico de la globalización. Ésta no es solamente la expansión de las relaciones mercantiles sino que supone una alteración profunda del papel del Estado-nación y de las empresas multinacionales en el funcionamiento del sistema económico capitalista.
Mientras que el derecho de propiedad y la regulación del mercado de trabajo continúan siendo responsabilidad del Estado-nación, las empresas multinacionales operan como fábricas globales que atienden a mercados globales. La globalización desde esta óptica ha contribuido a clarificar las relaciones fundamentales del sistema capitalista, al tiempo que muestra con absoluta claridad las desigualdades que genera.
En consecuencia, se hace necesario incorporar objetivos transnacionales a los propios de las políticas económicas nacionales y también la reforma del sistema institucional creado tras la Segunda Guerra Mundial para su adecuación a la nueva situación.
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