Rodrigo Fernández-Mellado, Rafael Barrientos Yuste, Sara Díaz, Luisa Abenza
Bien por la curiosidad innata de cualquier naturalista o por un afán de coleccionismo, cuando nos apropiamos de restos biológicos de animales salvajes, como plumas, cráneos y otros, no sólo podemos incurrir en una ilegalidad. Estas acciones llegan a obstaculizar proyectos o estudios de finalidad conservacionista e incluso alterar pruebas en delitos contra la fauna.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados