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Historias y sistemas de la psicología: Compilación de escritos

    1. [1] Universidad Privada Antenor Orrego

      Universidad Privada Antenor Orrego

      Provincia de Trujillo, Perú

  • Localización: TecnoHumanismo, ISSN-e 2710-2394, Vol. 1, Nº. 11, 2021 (Ejemplar dedicado a: Salud de los Humanos en la era de la Información), págs. 1-304
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • La psicología es una disciplina del conocimiento dedicada a la producción de ideas, instrumentos, métodos y procedimientos de acción, que versan, por decirlo en términos muy genéricos, sobre “lo psicológico”.

      Como cualquier especialista, el psicólogo se ve constreñido por unos supuestos ontológicos, metodológicos y epistemológicos, que pertenecen a la disciplina en su totalidad y que son asumidos conjuntamente sin problematizar. Estos supuestos, imprescindibles para el avance científico, prescriben el trabajo de los psicólogos en cuanto individuos disciplinados que han llegado a la psicología en un momento histórico determinado.

      Tras un estricto proceso de socialización académica, cada psicólogo se ha de acreditar competente ante su comunidad, disciplina, demostrando que ha asimilado el patrimonio conceptual y material suficiente que le sirve para proyectarse sobre su mundo problemático; en definitiva, que ha hecho suyas las estrategias cognitivas de su comunidad.

      Pero dichos presupuestos onto-epistemológicos, que gobiernan la actividad del psicólogo particular en un momento histórico concreto, no son sino el resultado de un largo proceso de deliberaciones, puestas en común y negociaciones históricamente condicionadas, es decir, son realidades cambiantes. Por consiguiente, y esto es importante subrayarlo, para hablar con propiedad de lo que es la psicología se necesita ineludiblemente hacer referencia a un tiempo histórico concreto, al cual adscribir nuestra definición.

      Así, cuando hablamos hoy de psicología se activan inmediatamente ciertas referencias asociadas al término, que hacen que el significado que tiene para nosotros y el que tuviera para un erudito del siglo XIX sea distintos, en cierto modo. Hoy pensamos en la «Psicología», por ejemplo, en cuanto disciplina institucionalizada, y por tanto en una organización intelectual que alcanzó un nivel propio de existencia en la segunda mitad del siglo pasado.

      Cierto que existieron ideas psicológicas desde los albores del tiempo humano, y en un sentido más propio desde el Renacimiento, la época en que se inicia la Modernidad, pero esas ideas resultaban de la actividad de individuos, o grupos organizados, que pertenecían a otros saberes.

      Sólo desde la segunda mitad del siglo XIX los «psicólogos» fueron tomando conciencia de sí mismos como grupo diferenciado de los demás, y consiguieron, formando extrañas alianzas (por ejemplo, Leary, 1987), hacerse un hueco en el mercado de títulos —la Academia— y en el laboral —inicialmente en los entornos educativos e industriales—, estableciendo las instituciones y los canales pertinentes para preservar tal distinción; es decir convirtiéndose en una práctica auto disciplinada.

      Esta psicología, como práctica científica, disciplinada y autónoma, constituye el objeto material de nuestra presente Historia de la psicología. Como veremos, ese tipo concreto de conocimiento psicológico, siempre producido y sostenido por un conjunto organizado de investigadores evolucionó en forma distinta, a lo largo del tiempo, según áreas político- lingüísticas. Cada uno de estos desarrollos generaron lo que se podría llamar, en un sentido muy literal, «historias regionales», pero también dieron lugar a una auténtica «historia general» de la disciplina en su conjunto, es decir, produciendo una historia de la psicología individualizada y diferenciable de la historia de cualquier otra disciplina de conocimiento. Justamente el desarrollo teórico-conceptual de la psicología a lo largo del tiempo se convierte en el objeto propio de investigación para el historiador.

      Para explicar ese proceso de transformación y cambio padecido por la psicología durante los últimos ciento cincuenta años, el historiador ha de trabajar asimismo de modo disciplinado, asumiendo las restricciones ontológicas y epistemológicas que le impone la historiografía contemporánea. De este modo, el historiador de la psicología que trabaja en la actualidad se somete a las prescripciones metodológicas dictadas por la Historia General, incluyéndose así en la casa común de las ciencias históricas, y, más concretamente, se siente identificado como historiador de una ciencia o, cuanto menos, de una disciplina que se quiere a sí misma científica. Por consiguiente, como disciplina formalmente histórica que es, la Historia de la Psicología, en su intento de explicar por qué la psicología ha evolucionado y cómo lo ha hecho hasta adoptar la formar que hoy tiene, puede -y debe- reconstruir su objeto material (la psicología en evolución), aprovechándose de los procedimientos cognoscitivos que se han generado en el marco de la historia contemporánea de las ciencias.


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