Este artículo analiza el fragmentarismo en la primera de las novelas de Azorín, la titulada Diario de un enfermo (1901). A tal fin procedemos, primero, a destacar la importancia del fragmentarismo en la novela modernista en cuanto técnica para la aplicación de algunas características esenciales de la literatura de esa época, fundamentalmente la interiorización narrativa. Seguidamente, y a partir de la categorización de fragmento avanzada por Frank Kermode, analizamos el uso en el Diario de un enfermo de varios tipos de fragmento, dispuestos al objeto de minimizar la trama e intensificar el perspectivismo interiorizador. Concluiremos que, comoquiera que el propósito de la novela consiste en mostrar el alma del protagonista, los fragmentos que la conforman se demuestran fundamentales para la consecución de tal fin.
This article examines fragmentation in Azorín’s debut novel, titled Diario de un enfermo (1901). It will firstly underscore how fragmentation facilitates one of the main features of modernist novels –interiorisation. This paper will then deploy the categories of narrative fragments identified by Frank Kermode in order to undertake an analysis of fragmentation in Diario de un enfermo, focusing on the ways in which fragments interrupt the plot helping to intensify narrative interiorisation. The article will explain that the purpose of the novel, according to the narrator, is to offer a portrait of his soul and that the fragments are crucial to achieve this. Our analysis concludes that, not only does the use of fragments result in a fragmented novel, but fragments do also allow for a forceful exploration of the protagonist’s inner feelings and of his listless conception of life.
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