Asociaciones recientes entre déficits cognitivos lingüísticos y mutaciones genéticas ha llevado a ciertos autores a afirmar que tales asociaciones son pruebas de la transmisión genética de rasgos específicamente gramáticos. En este artículo, Joseph Hilferty y Óscar Vilarroya muestran que tales interpretaciones innatistas radicales de las pruebas empíricas son o bien engañosas o sufren de una confusión conceptual grave, a saber, que los genes codifican las competencias funcionales que las estructuras biológicas ayudan a desarrollar.
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