En este artículo se analiza el proceso mediante el cual la Virgen de Zapopan, una imagen sin origen sobrenatural, adquiere la categoría de reliquia milagrosa a partir del siglo XVII. Este proceso ejemplifica la manera en que los saberes jurídico, teológico e histórico, por medio de sus prácticas y discursos, norman las prácticas religiosas relacionadas con la devoción a la Virgen de Zapopan con el fin de configurar a un sujeto social, en este caso un creyente ilustrado acorde con los principios de las reformas religiosas tridentinas y borbónicas. En la historia del culto a la virgen zapopana se observa como las devociones son el producto de elección de los fieles, quienes las practican por considerarlas útiles a sus propósitos de acuerdo con sus creencias y tradiciones, en este caso dentro del contexto de la espiritualidad barroca. Pero también dependen de la interacción de los individuos con diversos elementos de la sociedad (como el Estado, las élites, las corporaciones civiles y religiosas) articulados en lo que Foucault llama un reticulado de poderes, que ejercen un poder disciplinario sobre las personas. La interacción de todos estos elementos norma las prácticas religiosas por medio de un conjunto de saberes y discursos, con el fin de configurar un sujeto social determinado. Se estudian la indagatoria jurídica ordenada por el obispo Juan Ruiz Colmenero en 1653, la de 1731 del obispo Nicolás Gómez de Cervantes así como las disposiciones del iv Concilio Provincial Mexicano de 1771.
In this paper we analyze the process by which the Virgin of Zapopan, a religious image with no supernatural origins, acquires the status of a thaumaturgic relic since the seventeenth century. This process exemplifies the way in which judicial, theological and historical knowledge intertwine in the realm of religious practice; they shape social subjects, in this case, an Enlightened believer, according to the guidelines of Tridentine and Bourbon religious reforms. The history of the cult of the Virgin of Zapopan shows that devotions are a result of an election of the faithful, who practice them because they find them useful, according to the traditions and beliefs, in this case in the context of baroque spirituality. Devotions also depend on the interaction of the individual with other elements of society (like the State, the elites, civil and religious institutions) articulated in what Foucault calls a reticulate of powers, exercising a disciplinary power on people. The interaction of these elements, along the lines of specific knowledge and discourses regulates religious practices, thus aiding to shape specific social subjects. In this context, the article analyzes the inquiry ordered in 1653 by Bishop Juan Ruiz Colmenero, as well as the one required by bishop Nicolás Gómez de Cervantes in 1731, and the decrees issued by the Fourth Mexican Provincial Council (1771).
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