Para examinar la posición geórgica entre el progreso y la tradición, este artículo se centrará en cómo esas fuerzas se hacen legibles en poemas compuestos entre el final de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Examinaré los largos geórgicos de Vita Sackville-West, “The Land” (1926) y “The Garden” (1946) para argumentar su lugar en el género ante los desafíos, tanto de la modernidad como del modernismo. Sus poemas demuestran que, al navegar por un paisaje cambiante, tanto material como cultural, la labor de mantener una tradición imaginativa es a la vez productiva y problemática. El artículo evaluará cómo Sackville-West se posiciona como escritora en relación con las figuras del trabajador agrícola y el jardinero y con la tradición clásica, así como sus declaraciones sobre el lenguaje en el que el geórgico puede y debe escribirse. Cada poema se comparará también con la poesía y la crítica de su contemporáneo modernista T.S. Eliot, con especial referencia a “The Waste Land, Four Quartets” y su ensayo “Tradition and the Individual Talent”. Comprometidos en un doble frente, agrícola y cultural, “The Land” and “The Garden” tienden a la inconsistencia e, incluso para sus propios estándares, al fracaso. Pero tanto en estos fracasos como en sus éxitos, ambos poemas se comprometen a encontrar una forma de escribir el compromiso humano con la tierra y la literatura. Como tales, pueden leerse de manera instructiva en el momento presente para plantear preguntas sobre cómo nos relacionamos con la tierra y el lenguaje en el Antropoceno, negociando entre modos de escritura que compiten entre sí y, más ampliamente, entre la agencialidad natural y la humana.
To scrutinize georgic’s position between progress and tradition, this article will focus on the way those forces become legible in poems composed between the end of the First and Second World Wars. I will examine Vita Sackville-West’s long georgics “The Land” (1926) and The Garden (1946) to argue that they indicate the scope of what is possible in the genre given the challenges of both modernity and modernism. Her poems demonstrate that, in seeking to navigate the changing material and cultural landscapes, the labour of maintaining an imaginative tradition can be both productive and problematic. The article will assess the way Sackville-West positions herself as a writer in relation to the figures of the agricultural labourer and gardener and to the classical tradition, as well as her claims about the language in which georgic can and should be written. Each poem will also be compared to the poetry and criticism of her modernist contemporary T.S. Eliot, with particular reference to “The Waste Land, Four Quartets” and his essay “Tradition and the Individual Talent.” Engaged in a struggle on both agricultural and cultural fronts, “The Land” and “The Garden” are prone to inconsistency and, even by their own standards, failure. But in these failures as well as their successes both poems are committed to finding a way of writing human engagement with the land and literature. As such, they can be instructively read in the present moment to prompt questions about the way we engage with land and language in the Anthropocene, negotiating between competing modes of writing and more broadly between natural and human agency.
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