Martín Barbero Manzanal, Emilio González Quirós
En un proceso de selección son tres los factores de cuyo análisis depende la acertada decisión de incorporación de nuevo personal: el puesto, su entorno y la persona. A la hora de iniciar el proceso de selección, lógicamente es fundamental recabar toda la información posible sobre el puesto a cubrir, incidiendo en ello el hecho de que se trate de un puesto de nueva creación o de un puesto con características muy asentadas en la empresa. De igual manera es imprescindible enmarcar este puesto en el contexto de la cultura de empresa en la que se desenvuelve. En este sentido, no se trata sólo de buscar la persona adecuada al puesto, sino de acertar con una persona que encaje en la empresa como conjunto. Finalmente, aunque no en el último lugar de prioridad, la persona centra el mayor interés en un proceso de selección, considerada no de forma genérica válida para un puesto, sino valorada en aquellos aspectos concretos que constituyen el valor añadido para aquél.
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