Arte es la afirmación de lo real en el sujeto, y esta afirmación es lo propio de la fiesta. Cualquier otra interpretación es reactiva, es decir: nihilista. En tanto fuerza, o en tanto poder-de-ser, la existencia se afirma y se expresa estéticamente; la moral es un obstáculo, un retroceso, un debilitamiento, una pérdida de potencia. Nietzsche se opone a su maestro Schopenhauer, que mantiene una actitud expectante y desconfiada ante la Voluntad y que ve en el arte —como en la moral o en la religión— una suerte de abrigo a salvo de sus tempestades. Porque no es cuestión de escapar de la existencia —de salvarse—, sino de justificar su modo de ser. Afirmarse estéticamente significa olvidarse del mundo, hundirse en la soledad y la incomunicación. Lo real se afirma en el sujeto estéticamente, y la ética de este sujeto particular se reduce en fin de cuentas a refrendar esa afirmación —o a contravenirla.
Art is the affirmation of what is real in the subject, and this affirmation is what is proper to the party. Any other interpretation is reactive, i. e. nihilistic. As strength, or as power-of-being, existence is affirmed and expressed aesthetically; morality is an obstacle, a setback, a weakening, a loss of power. Nietzsche opposes his master Schopenhauer, who maintains an expectant and distrustful attitude before the Will and who sees in art –as in morals or religion– a kind of shelter safe from his storms. Because it is not a question of escaping from existence –of saving oneself– but of justifying one's way of being. To affirm oneself aesthetically means to forget about the world, to sink into loneliness and incommunication. The real is affirmed in the subject aesthetically, and the ethics of this particular subject are ultimately reduced to endorsing that affirmation –or contravening it.
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