Descubrió su amor por el canto y sus facultades vocales en plena adolescencia imitando a Los Tres Tenores y a Nino Bravo. Un día le cantó Granada a su madre y al siguiente empezaba a recibir clases de canto. Ahora Sergio Escobar es uno de los tenores spinto más prometedores de su generación con compromisos en la Ópera de París o en la Staatsoper de Berlín donde proyecta debutar, dirigido por Daniel Barenboim, con uno de los roles fetiche de su cuerda: Otello.
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