Frente a la violencia contra las mujeres se han generado,gracias al feminismo, una infinidad de normas que tratan de ponerle límite. No obstante esta violencia no cesa. Para el feminismo la violencia contra las mujeres no es otra cosa que la consecuencia de la dominación del macho impuesta por la cultura patriarcal. Pero hoy, en las democracias occidentales, es imposible seguir sosteniendo el mito del macho dominador propio de la era patriarcal. Hoy asistimos a un declive de lo viril concomitante a la caída del Padre. La actual violencia contra las mujeres no puede explicarse por el régimen patriarcal, pero tampoco por la caída del padre, porque esta violencia ha existido en todas las épocas. La verdadera cuestión no es el Padre sino el malentendido entre los goces. Mientras que el goce todo fálico se centra en la apropiación del objeto , en lo que puede ser localizado , nombrado , medido, el goce no- todo fálico, que Lacan llama femenino, pero que también pueden experimentar algunos hombres, se presenta como sin medida, irreductible, no solo a un órgano, sino a la palabra misma. Ante la angustia suscitada frente a lo real de este goce Otro imposible de ser simbolizado, la violencia masculina es un intento ferozmente patológico de colonizar este goce innombrable. El pasaje al acto violento viene en el lugar de una palabra imposible de decir. Frente al recurso al acto violento que cortocircuita la palabra, el psicoanálisis es una invitación a poner en palabras este goce que perturba a cada ser hablante. No para decirlo todo, lo cual es imposible, sino para hacer con este imposible de decir otra cosa que la destrucción del otro y/ o la autodestrucción.
In the face of violence against women, thanks to feminism, a myriad of rules have been generated that try to put a limit on it. However, this violence does not stop. For feminism, violence against women is nothing other than the consequence of the male’s domination imposed by the patriarchal culture. But today, in Western democracies, it is impossible to continue to uphold the myth of the dominant male that is typical of the patriarchal era. Nowadays, we witnessing the decline of the virile concomitant to the fall of the Father. The actual violence against women can not be explained by the patriarchal system but also can not be by the fall of the Father, because this violence has have existed in every period. The real issue is not the Father but the misunderstanding between the enjoyments. Meanwhile the phallic jouissance is focused on the object’s appropriation, that can be located, named, measured, the non phallic enjoyment, named by Lacan female, that can be experienced also by some men, is presented without measurements, irreducible, not only to an organ but to the word itself. In the face of the anguish caused by the real of the enjoyment Other that can not be symbolise, male violence is an pathological and forced try of achieve that unmentionable enjoyment. The passage to the violent act comes in the place of a word impossible to say. Faced with the recourse to the violent act that short-circuits the word, psychoanalysis is an invitation to put into words this enjoyment that disturbs every speaking being. Not to say everything, which is impossible, but to do with this impossible to say something other than the destruction of the other and/or self-destruction.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados