Estaba estudiando la carrera de veterinaria cuando Roger Alier lo descubrió y le presentó al que ha sido su único maestro, el tenor Eduard Giménez. Dotado con una amplia voz de barítono lírico y poseedor de una línea de canto de alta escuela, Carlos Daza está construyendo una carrera de gran solidez que, sin prisa pero sin pausa, le está situando en los escenarios más importantes del país, como en los del Teatro Campoamor de Oviedo, donde, si el Covid-19 lo permite, debutará el rol de Riccardo en I puritani, de Bellini.
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