La obra de Yolanda Westphalen aporta una voz propia al contexto al cual perteneció, un marco realmente agitado por la cantidad de escritores prolíficos que surgieron durante todo el período. En Palabra Fugitiva (1964), su estilo domina la forma expresiva moldeada por la figura del símbolo y regula el halo hermético, característico de este. A partir del eje temático de la reflexión amorosa y la realidad, su poesía configura una voz que plasma una estética del lenguaje. Mediante la retórica comparada, cotejamos uno de los poemas de la poeta Julia Ferrer con el de Westphalen para ofrecer una reflexión final con el fin de confirmar nuestra propuesta de lectura.
La obra literaria de Yolanda Westphalen proporciona una voz propia al contexto al que pertenecía, un marco de referencia sacudido por todos los escritores prolíficos. En Palabra Fugitiva (1964), su estilo domina la forma de comunicarse moldeada por el símbolo y regula el halo hermético, que es la principal característica de esta figura. Así, desde el eje temático sobre la reflexión amorosa y la realidad, su poesía configura una voz que captura una estética del lenguaje. A través de la retórica comparada, comparamos uno de los poemas de la poeta Julia Ferrer con el de Westphalen para ofrecer una reflexión final que confirme nuestra propuesta de lectura.
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