Josep Manuel Berenguer Alarcón
La mutación rápida de los términos especialmente atractivos impone la fijación local de marcos de referencia estables cuando necesitamos operar consistentemente con ellos. Así ocurre con soundscape, por lo general traducido al castellano como paisaje sonoro, que, antes de ser planteado en el dominio musical, había surgido de la teoría urbanística. En la concepción, la producción y la realización de mis instalaciones sonoras, tengo en cuenta distintos aspectos formales propios del entorno sonoro. Por ello se me hace urgente una reflexión acerca de las relaciones entre el entorno sonoro, el paisaje sonoro, la multifocalidad y la instalación sonora como opción alternativa a la forma de concierto, que, portadora de estructuras culturales ancestrales difíciles de asumir, percibo agotada.
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