En la galaxia existen astros que no pueden clasificarse como estrellas ni como planetas. Conocidos como «enanas marrones», fueron descubiertos a finales del siglo pasado. Hoy se sabe que son casi tan abundantes como las estrellas.
En las últimas dos décadas los astrónomos han logrado esclarecer numerosas características de estos objetos. Su mecanismo de formación es similar al de las estrellas, pero son demasiado pequeños para sustentar procesos de fusión nuclear.
La atmósfera de las enanas marrones puede presentar nubes compuestas de minerales y, al igual que los planetas gigantes gaseosos, suelen exhibir campos magnéticos y auroras. Se cree que estos astros podrían incluso albergar sus propios planetas.
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