A lo largo de la historia, el progreso matemático ha sido posible gracias a la generación de conceptos cada vez más amplios y abstractos, los cuales retienen las propiedades esenciales de los conceptos del nivel inferior.
En el siglo XX, esta manera de proceder dio lugar a la teoría de categorías, donde cada objeto matemático se define en virtud de sus relaciones con otros objetos. Este enfoque ha permitido demostrar todo tipo de resultados en diversas áreas.
Una nueva vuelta de tuerca a esta idea ha iniciado el campo de las categorías infinitas. Gracias a esta nueva disciplina, los investigadores han comenzado a desentrañar conexiones inesperadas entre complejos conceptos matemáticos.
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