En febrero de 1927, aparece en las páginas de Crítica la siguiente autobiografía de Roberto Arlt: Me llamo Roberto Godofredo Cristphersen Arlt. Nací una noche del año 1900...Mis valores Intelectuales son relativos, porque no tuve tiempo de formarme. Tuve que trabajar siempre y en consencuencia soy un improvisado o advenedizo de la literatura. Esta improvisación es lo que hace tan interesante la figura de todos los ambiciosos que de una forma u otra tienen necesidad instintiva de afirmar su yo...Mis ideas políticas son sencillas. Creo que los hombres necesitan tiranos geniales. Lo lamentable es que no existan tiranos geniales. Quizá se deba a que para ser tirano hay que ser político y para ser político un solemne burro o un estupendo cínico.
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