Los originarios, llamados “indígenas” por una generalidad blanca, imperial, colonial y republicana, miran la Tierra y extraen su fuerza de ella sin desvelar sus secretos. Habitar como originario supone tener como referencia primordial la relación con la Tierra en la que se nace y en la que se fabrica el nicho vital, no importa si su localización es en la selva, en la aridez de los desiertos, en las faldas andinas o en las comunidades de las periferias metropolitanas. Lo que sitúa a esos cuerpos es su condición de formar comunidad ligada a un lugar específico que será inmanente a su constitución existencial. Los originarios no se sienten ciudadanos como sujetos de derecho que forman parte de una población controlada por un Estado, sino cuerpos encarnados a la Tierra que solo existen bajo la forma del plural de la palabra “Pueblos”. Los pueblos y los cuerpos de los originarios son parte de la Tierra. La separación entre la comunidad y la Tierra supone la separación entre las personas de derecho y sus cuerpos, operación central ejecutada por la historia del Estado para crear poblaciones administradas. Esta es la calle de mano única que transforma al originario en “ciudadano pobre” o “pobre sin tierra”, lo que obliga a los cuerpos a vender su subsistencia para enriquecer a los nuevos dueños de la tierra. Separar a los originarios de su relación con el nicho vital, de su relación política y social que vive de la tierra, es una operación de los Estados trascendentes que se ligan hoy a las formas del capitalismo financiero, para transformar a los llamados “indios” en pobres, porque sin pobres no hay capitalismo.
The natives, called "indigenous" by a white, imperial, colonial and republican generality, look at the Earth and draw their strength from it without revealing their secrets. Living as an original means to have as a primary reference the relationship with the Earth in which one is born and in which the vital niche is manufactured, it does not matter if its location is in the jungle, in the aridity of the deserts, in the Andean skirts or in the communities of the metropolitan peripheries. What places these bodies is their condition of forming a community linked to a specific place that will be immanent to its existential constitution. The originators do not feel citizens as subjects of law that are part of a population controlled by a State, but incarnated bodies to the Earth that only exist in the plural form of the word "Peoples". The peoples and the bodies of the natives are part of the Earth. The separation between the community and the Earth supposes the separation between the people of right and their bodies, central operation executed by the history of the State to create administered populations. This is the street with the only hand that transforms the native into "poor citizen" or "poor without land", which forces the bodies to sell their subsistence to enrich the new owners of the land. Separating the originals from their relationship with the vital niche, from their political and social relationship that lives off the land, is an operation of the transcendent states that are linked today to the forms of financial capitalism, to transform the so-called "Indians" in the poor, because without the poor there is no capitalism.
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