Ser pesimista en psicoterapia es una de las posibles estrategias defensivas del psicoterapeuta ante el compromiso clínico.Sin embargo, la actitud de pesimismo profesional es una elección, y no la lección que la experiencia dicta. El optimismo irracional, al igual que el pesimismo profesional, es también una elección del psicoterapeuta, aunque las consecuencias para los pacientes son muy diferentes dependiendo de si el terapeuta sentado frente a él es un pesimista profesional, o un optimista irracional. En el artículo se describen las principales virtudes terapéuticas de una actitud caracterizada por el optimismo irracional: combate la desmoralización, libera los recursos cognitivos del terapeuta, y por ultimo transmite un concepto desapasionado del cambio.
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