Abordar la creación literaria desde la sensibilidad estética y la agudeza intelectual son requisitos básicos del acto de leer. Pero, además, la práctica continuada de este tipo de lectura peifecciona ciertas facultades intelectuales entre las que se encuentra la actividad de pensar. Lectura y reflexión se refuerzan así mutuamente favoreciendo en el lector la curiosidad por conocer, la pasión por disfrutar y el desarrollo del gusto por pensar. Ambas conforman también un pensamiento más autónomo, creativo y crítico.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados