La implementación de políticas públicas de manera general, como lo es el caso de políticas regionales, no desencadena efectos similares en las localidades. Para el caso de Michoacán, si bien es cierto que la política federal de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) intentó acrecentar la identidad de la población y la participación ciudadana; dichas políticas no han logrado desencadenar condiciones propicias para un desarrollo socioeconómico real de mediano plazo; por el contrario, es probable que el efecto de este tipo de políticas, en el Estado, se conforme como un aspecto destructivo de participación ciudadana, capital social10 y, por ende, de las posibilidades reales de desarrollo de mediano y largo plazo 11.
Es recurrente la idea de que la consecución del desarrollo socioeconómico se logra mediante la implementación de políticas públicas dirigidas a la satisfacción de las necesidades inherentes a cada población, por medio de dotación de bienes y servicios financiados por el Estado. Contrario a esto se presenta, con cada vez más fuerza, el paradigma del desarrollo local sustentando en que el desarrollo socioeconómico es producto del tipo de relaciones sociales que guardan de manera endógena las localidades; más no a través de proyectos generados por instituciones exógenas a las localidades.
En ese sentido, en el presente trabajo se examina la vinculación entre la actividad turística (entendida como una política de desarrollo exógena), el capital social y el desarrollo local, como la consecuencia última de la intervención del Estado y la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Palabras clave: Capital social en Michoacán, Turismo y desarrollo socioeconómico en Michoacán.
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