En este articulo se sostiene que el uso del concepto de "identidad" pare la comprensión de la acción social sólo es posible si se somete a una doble reducción: por un lado, la identidad social de los individuos es reducible a mera identiticación con intereses y preferencias; por otro, con normas y valores. En el primer caso, ello se desprende del análisis de proposiciones de identidad, comunes en sociología, del tipo X hace M porque es Y. En el segundo caso, la reducción se hace obvia al analizar la identidad social en el seno de los sistemas funcionales. En última instancia, el complejo entramado de intereses, preferencias, normas y valores con que se identifica el individuo es su identidad social.
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