La Química como disciplina, contribuye al desarrollo del pensamiento causal en los estudiantes, definiendo como idea rectora la relación estructura-propiedad-aplicación de las sustancias debido a su carácter integrador. Las actividades práctico-experimentales constituyen un escenario favorable para el desarrollo del pensamiento causa-efecto en los estudiantes ya que se manifiesta la interacción directa del principio teoría-práctica en la explicación del por qué el resultado obtenido. No obstante, en la práctica educativa se han detectado deficiencias en la manera de cómo los estudiantes asumen la relación causal en función de la explicación e interpretación de los fenómenos. Se presenta un proceder a seguir desde el punto de vista metodológico, y se enfatiza en la importancia y necesidad de asumir esta posición en Química.
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